Lluvia.



Empieza a llover y lo primero que pienso es "debo cerrar las ventanas.", me acerco a una de ellas y cuando estoy a punto de cerrarla la brisa que llega a mi cara trae consigo un olor a tierra mojada que proviene del pequeño jardín que esta frente a esta ventana, en ese momento cierro mis ojos y aspiro profundamente ese olor, ese olor que me embriaga completamente y no me deja pensar en otra cosa; luego de unos segundos me empiezo a acostumbrar a ese olor y por la misma razón empieza a hacerse más débil a mi olfato, cuando ya no logro distinguirlo de una manera significativa decido cerrar la ventana.
En ese momento empiezo a pensar en mis relaciones, tanto los amigos como la familia o un noviazgo, y en lo similares que son con ese olor. Al principio son intensas y embriagantes pero conforme va pasando el tiempo se van haciendo cada vez más débiles, hasta que llega un punto en el que se hacen insignificantes, no digo que los deje de lado o me olvide de ellos, pero dejo de tomarles el interés que les tomada antes, y hay momentos en los que decido cerrar esa ventana y alejarme lentamente de ellos porque he caído en la cuenta de que ya no es lo mismo y no lo será, en ese momento es en el que decido dejar ir a las personas de mi vida para que sean felices... o que yo sea feliz. pero el recuerdo sigue ahí, deambulando por mí cabeza por mucho tiempo, hasta que un día, desaparece...

-Descifrando-miradas.

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